domingo, 25 de agosto de 2013

El Banco Central, el patrón oro y los años de la Gran Depresión



Investigación Blanco y Negro
Suplemento dominical publicado en Diario HOY.
15 de enero del 2000



Entrado el siglo XX, la benéfica obra de Alfaro en materia económica de nada sirvió ante el poder de la 'bancocracia' que se consolidaba a la sombra del Gobierno de Leonidas Plaza. Se emitían billetes sin respaldo, se fijaba el tipo de cambio en la cifra que a bien tuvieran los banqueros, y nadie controlaba ese festín, pese a que la idea de fundar un banco estatal, que fuera el regulador de la economía nacional, se cocinaba hacía rato.

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Un Sucre.
Banco del Ecuador
Pero no fue sino en 1925, a raíz de la Revolución Juliana, cuando se decretó la creación del Banco Central del Ecuador. La Junta Provisional de Gobierno nombró a Isidro Ayora presidente de la República y a él le correspondió efectuar esa misión. El Banco Central fue fundado en 1927.

Previamente, se creó la Caja Central de Emisiones y Amortizaciones, entidad encargada de unificar los billetes y centralizar las emisiones. Los bancos particulares debían transferir a ese organismo las reservas en metálico de sus billetes en circulación, y la Caja se encargaría de amortizarlos y canjearlos por otros de su propia emisión. Así se unificó el billete bancario.

Edwin Walter Kemmerer
 Fuente: Wikipedia
Isidro Ayora contrató a un grupo de expertos internacionales, presidido por Edwin Walter Kemmerer, para que hicieran un estudio de la situación y recomendaran medidas. La misión Kemmerer estableció la necesidad de crear una Ley Orgánica del Banco Central y una nueva Ley de Monedas, que fueron aprobadas en 1927. Por fin, el Estado ecuatoriano tomaba a su cargo la dirección de las finanzas públicas. La misión Kemmerer también recomendó la recuperación del patrón oro, y para incrementar el nivel de confianza en la moneda se mandaron a reacuñar 20 000 cóndores de oro de 25 sucres, que a la larga fue la última moneda de oro ecuatoriana.  Pero el patrón oro estaba condenado a una corta vida, pues la gran depresión económica mundial de los primeros años 30 liquidó las reservas de oro de la mayoría de países, lo cual evidenció que ese sistema había quedado anacrónico e ineficiente.
El Ecuador suspendió el régimen de oro para sus sistema monetario el 8 de febrero de 1932.
Como consecuencia de ello, el valor de la plata subió desmesuradamente. Estados Unidos decidió volver al patrón plata y los demás lo imitaron. Inmediatamente la plata comenzó a fugar del país en forma de monedas o de barras, lo cual produjo una nueva escasez de circulante.
En esas circunstancias arribó al poder José María Velasco Ibarra, quien ordenó la acuñación de dos millones de sucres de plata para atender la demanda. Y otra vez, la moneda comenzó a danzar en función de la economía internacional y de la demanda de circulante.

La endeble moneda de níquel

La primera mitad del siglo XX en el Ecuador es una etapa de gran inestabilidad política. Entre 1925 y 1948 se suceden 25 gobiernos débiles, sin capacidad de planificación coherente de las finanzas públicas y obviamente sin poder de control de los abusos. 

En 1937, el gobierno provisional de Federico Páez ordena el retiro de las monedas de plata, con el fin de eliminar la especulación a que estas daban lugar, y contrata la acuñación de 12 millones de sucres en monedas de níquel. Ese sistema monetario, con ligeras variantes, se mantuvo hasta hace pocos años. Un sistema endeble, a merced de los malos cálculos fiscales y de la voracidad de cierta banca. 

Según se comenta en la obra Bancos y banqueros, 

"Si el nacimiento del siglo halló a la banca en plena y vigorosa adolescencia, el fin de siglo la encuentra en la más terrible crisis y la más escandalosa situación (...) los bancos privados han sufrido una quiebra técnica, por causa de una mala o dolosa administración, y han tenido que ser absorbidos por el Estado a través de la Agencia de Garantía de Depósitos (AGD). Entre tanto, una caterva de gordos y pícaros banqueros disfrutan del sol en las playas de Miami, con el dinero saqueado a los ecuatorianos, acción en la que, en varios casos, contaron con la complicidad de autoridades y funcionarios encargados de vigilar los negocios bancarios".

Lo anterior no hace otra cosa que ratificar que la corrupción en el manejo de sistema bancario ha actuado como el comején en la pulverización de la economía ecuatoriana.

Entrevista: Los manejos que mataron al sucre

Jaime Morillo Battle confía en que la dolarización oblige al Estado a ejercer una verdadera disciplina fiscal. Al sucre lo liquidaron los continuos 'asaltos' al Banco Central para cubrir presupuestos mal financiados, las devaluaciones obligadas para salvar a los sectores exportadores y el excesivo endeudamiento público, según el criterio de Jaime Morillo Battle, analista económico y ex-miembro de la desaparecida Junta Monetaria. Aquí, un análisis del tema a la luz del proceso de dolarización de la economía ecuatoriana. Según Morillo, mientras más pronto desaparezca el sucre, mejor, pues no conviene una coexistencia problemática con el dólar.

- ¿Cuáles son las causas históricas de la eliminación del sucre?
Le puedo hablar desde la creación del Banco Central en 1927, cuando se fija el cambio de cinco sucres por dólar. A partir de esa fecha, y durante las cuatro décadas siguientes, hay una relativa estabilidad de la moneda, que llegó a valer 25 sucres al inicio de la época petrolera en los primeros años setenta. Allí comienza la desestabilización, puesto que se creyó que el país era rico y se descuidó la planificación económica.

- ¿Cómo se planificó la economía durante la vigencia del sucre?
Los gobiernos se han empeñado en gastar más de lo que han tenido, lo cual los ha obligado a hacer verdaderos asaltos al Banco Central para cubrir los déficit en el Presupuesto. Las presiones de los sectores exportadores también han obligado a devaluaciones drásticas de la moneda, con el fin de salvar a esos sectores. 

- ¿Cuál es el futuro del país sin una moneda nacional?
El país puede vivir sin una moneda nacional. Incluso antes de este anuncio la economía ecuatoriana ya estaba dolarizada al igual que la mentalidad de la gente.

- ¿Qué pasará con la producción?
La economía en una moneda fuerte obligará a los exportadores a ser más eficientes. Ellos han estado acostumbrados a cobrar en dólares y pagar en sucres, y ganar con las devaluaciones. Ahora recibirán dólares y pagarán dólares.

- ¿Pueden coexistir el sucre y el dólar?
Mientas más pronto desaparezca el sucre, mejor. Porque si coexisten los dos no habrá coherencia. No se debería mantener el sucre ni siquiera para operaciones pequeñas. En el caso de Panamá coexisten el balboa y el dólar porque el balboa tiene una denominación idéntica a la del dólar. Funciona como moneda fraccionaria local. Acá es imposible por la diferencia de 25 000 a uno, que es difícil de equiparar.

-¿Entonces el sucre fue un accidente histórico?
El sucre tuvo su razón de ser mientras hubo una política fiscal y monetaria racional. Cuando demostramos que eramos incapaces de manejar nuestra moneda y la destruímos, terminamos con el sucre. 

- ¿Esto refuerza la propuesta de una unificación monetaria que tiende a ser mundial? 
Los economistas de todo el mundo dicen que dentro de 10 años habrán tres monedas: dólar, euro y quizá alguna moneda asiática. Las monedas nacionales serán fraccionarias de estas tres grandes.

-¿Significa esto una tragedia nacional?
No hay tragedia nacional por perder el sucre, la tragedia está en el hecho de que nosotros la destruimos.


Visita también los otros artículos de esta serie:

• Réquiem por el Sucre.
• Una lenta agonía de 116 años.
• El Banco Central, el patrón oro y los años de la Gran Depresión





sábado, 24 de agosto de 2013

Una lenta agonía de 116 años.

Investigación Blanco y Negro
Suplemento dominical publicado en Diario HOY.
15 de enero del 2000



Una infancia traumática y poco feliz

La infancia del sucre transcurre llena de traumas, como la de los pobres huérfanos maltratados por la parentela. Pese a que había sido aceptado como moneda nacional en 1884, en la práctica seguían reinando las monedas antiguas, especialmente el peso feble, y la moneda extranjera, colombiana, boliviana y chilena. A eso se sumaba una aplastante cantidad de papel moneda emitido sin respaldo por los bancos particulares. La población estaba a punto de desquiciarse a fines del siglo XIX.

Entonces, el Gobierno inició una purga monetaria, y ese trabajito de requisa y destierro de dinero indeseable lo ejecutó la misma banca privada a cambio de una importante comisión, principalmente el Banco Internacional, que se había consolidado en Guayaquil. 

Ese mismo banco introdujo en el Ecuador 400.000 sucres acuñados en la casa de Birminghan, con lo cual se creía que las cosas habían mejorado. Pero era una falsa ilusión. El papel moneda sin respaldo que habían puesto a circular los otros bancos, como el de Quito, el de Luzárraga y demás que se formaron por entonces, echó abajo las intenciones de amortizar el antiguo peso feble, y el desorden se agudizó.

Para esas fechas, el machete de Alfaro comenzaba a zumbar en los oídos de la burguesía serrana, y la preocupación del Gobierno se volcó a contener a las montoneras. Toda iniciativa de sanear la economía quedó postergada.

Hubo que esperar hasta 1887, cuando la subversión de Alfaro quedó parcialmente aplacada, para que el proceso de saneamiento continuara por orden del Congreso. Para entonces, la pesadilla del papel moneda había pasado, y se encargó a los bancos Internacional y del Ecuador la amortización de la moneda feble y el destierro de las extranjeras, lo cual causó una importante protesta popular, puesto que los tenedores de ese dinero tuvieron que perder un considerable porcentaje. Por fin, el 14 de agosto de 1890, el Gobierno de Antonio Flores Jijón decreta que la única moneda de circulación nacional es el sucre, seis años más tarde del nacimiento de éste.

Una vez consolidado el proceso de eliminación de la moneda 'chimba', vinieron nuevos apuros para la naciente banca privada nacional, puesto que la ausencia de moneda feble trajo consigo una tremenda escasez de circulante. Los bancos pidieron autorización para ordenar acuñaciones en las casas de Santiago de Chile, de Filadelfia, de Birminghan y de Lima, lo cual tampoco era suficiente, por lo que el Congreso autorizó al ejecutivo a contratar la acuñación de 300.000 sucres por su cuenta. Se calcula que hasta 1897 se habían acuñado 4 790.730 sucres.

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En 1895, el Banco Comercial y Agrícola también fue autorizado para que ordenara la impresión de 200.000 sucres. Aparecían así, en el círculo del manejo monetario del país, dos célebre apellidos: Aspiazu y Seminario, que pertenecían a las familias fundadoras de ese banco. ¡Qué miedo!

Pero todavía el sucre tenía por delante otro terreno escabroso. Entre 1890 y 1897, cayó el valor internacional de la plata, lo cual obligó al Gobierno a reunirse con los prominentes banqueros para adoptar medidas, puesto que nuestra moneda se respaldaba en el bimetalismo, es decir, en el oro y la plata. De varias propuestas tendientes a unificar el respaldo en el patrón oro, no se escogió a ninguna, puesto que la situación internacional tampoco estaba clara. Y el asunto se dilató por varios años. 


Mientras tanto, Alfaro había recuperado sus bríos y otra vez blandía su machete para asombro de la historia posterior...

De la aventura alfarista a la 'bancocracia'


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Como consta en la historia, la Revolución Liberal de Eloy Alfaro triunfó en 1895, y el caudillo comenzó a jugar de 'diez' en su afán de organizar el caotizado país. Uno de los temas en los que puso mayor atención fue el monetario. Pero los avatares de la revolución y el incendio de Guayaquil retrasaron las medidas, pese a la insistencia de Alfaro para que el Congreso emitiera las leyes respectivas. 

En 1897, se prohíbe la acuñación de monedas de plata y se determina que los bancos no podían emitir billetes por una cantidad que excediera el doble de su capital real, con el fin de evitar la excesiva emisión y la consecuente depreciación del papel moneda.

Pero la caída de los precios internacionales de la plata produjo discrepancias internas en el Ecuador. Mientras a los exportadores les convenía la depreciación del metal, a los importadores los liquidaba. Por eso, Alfaro presionó al Congreso para que aprobara las leyes que permitieran la adopción del patrón oro y se pudiera saldar así las diferencias y el desplome de la economía nacional. Esta medida fue aprobada en 1898.

Una de las acciones inmediatas fue exportar a Londres hasta tres millones de sucres en plata y con esos recursos adquirir cóndores (moneda de 10 sucres) ecuatorianos acuñados en Inglaterra. Estas monedas fueron impresas en Birminghan entre 1899 y 1900 por intermediación de los Bancos Comercial y Agrícola, y del Ecuador. Al mismo tiempo, establecían como monedas fraccionarias, para negocios menores, a todas las de plata de circulación nacional. 

Durante los gobiernos alfarista y placista, convivieron el cóndor de oro y sus fraccionarias de plata. Pero luego de la muerte del caudillo liberal, comienza una de las épocas más fraudulentas de la historia económica nacional. Se afianza el poder de los banqueros ligados al sector exportador costeño, que después sería conocido como la 'bancocracia'

En esas estaban hasta que en 1914 estalló la Primera Guerra Mundial y con ella el temor de nuestros gobernantes de que las reservas de oro quedaran reducidas a cero. El Gobierno de Leonidas Plaza prohibió que los bancos respaldaran en oro sus emisiones y autorizó la acuñación de monedas de níquel, plata y vellón.

La situación internacional no daba muestras de normalizarse, y en el Ecuador la emisión de moneda se hacía de acuerdo con la demanda de circulante, lo cual degeneró en una excesiva emisión de billetes sin respaldo. El Banco Comercial y Agrícola, de los Aspiazu y los Seminario, sobresalió en este fraude, que superaba los 18'000.000 de sucres, cifra astronómica para entonces. Luego, ese mismo banco asumió el control de la política económica.

El lógico descalabro económico fue el detonante de la sublevación militar el 9 de julio de 1925, conocida como la Revolución Juliana.


Visita también los otros artículos de esta serie:

• Réquiem por el Sucre.
• Una lenta agonía de 116 años.
• El Banco Central, el patrón oro y los años de la Gran Depresión.



viernes, 23 de agosto de 2013

Réquiem por el Sucre

Investigación Blanco y Negro
Suplemento dominical publicado en Diario HOY.
15 de enero del 2000



La segunda muerte de Sucre.

La primera sede del Banco Central del Ecuador
Calle García Moreno y Sucre esquina. Quito
"Ayer los vecinos de Quito durmieron intranquilos por causa de una reyerta ocurrida en las calles del centro, en donde unos comerciantes extranjeros fueron sorprendidos introduciendo monedas falsas y agujereando las buenas. Comentan los vecinos que ese es el método de los falsificadores para obtener pequeñas porciones de oro y plata, que utilizan para acuñar monedas ilegales. Los artesanos y comerciantes están indignados no solo por la falta de moneda ecuatoriana para comprar y vender, sino porque nadie quiere aceptar las pocas macuquinas que circulan, pues están tan desprestigiadas, tan agujereadas, tan venidas a menos, que la mayoría prefiere contentarse con monedas extranjeras de cualquier país. Después de la reyerta, todos se marcharon y solo la guardia del presidente Juan José Flores se asomó a preguntar qué había pasado.


Hay rumores de que el Gobierno podría establecer en Quito una casa de amonedación para acuñar una moneda propia y poner fin a tanto desorden, pero sobre todo, para afirmar la soberanía nacional. El Ecuador es uno de los países americanos con mayor circulación de moneda ilegal, que ha sido rechazada en otros países, pero aceptada en el nuestro por falta de control y por culpa de la corrupción. El comercio a través del puerto de Guayaquil ha propiciado la entrada al país de moneda peruana, chilena, inglesa, francesa y norteamericana, frente a la cual las débiles macuquinas locales han quedado totalmente devaluadas. Se comenta que toda esta penosa situación se debe a que en la reciente Constitución, firmada en 1830 en Riobamba, nada está claro respecto de los asuntos monetarios del país. Ahora, el Gobierno del general Flores tiene la misión de acuñar una moneda nacional, pero no se sabe cómo lo hará, puesto que el país actualmente carece de metales preciosos como el oro y la plata..."


Esta es una crónica escrita, basada en datos históricos, sobre el escenario económico en los amaneceres de la historia republicana del Ecuador. 

¿Hay dolorosos parecidos con los primeros días del siglo XXI?


Volviendo a los inicios de la República, el caos monetario que se vivía entonces, obligó al Gobierno de Flores a crear en 1832 una casa de amonedación, encargada de acuñar una moneda nacional para sanear el corrupto sistema de circulación monetaria. Pero ese objetivo nunca floreció. Todo lo contrario, el abandono de los Gobiernos y la corrupción burocrática impidieron controlar a los falsificadores y expulsar la moneda extranjera que campeaba gracias a la debilidad de la local. Poseer una moneda ecuatoriana, en esa época, era tener una credencial de desventaja ante cualquier otra del mundo.

Existen documentos históricos que señalan que los propios gobiernos de entonces fueron partícipes de esta manera poco feliz de manejar los asuntos monetarios. La versión naif de la devaluación monetaria consistía en perforarla para que fuera rechazada por los extranjeros. La casa de amonedación fue eliminada en 1863, y el país continuó con la danza de la improvisación.

En esas circunstancias, nació el Sucre en 1884, cuya adopción como moneda oficial obedeció a la necesidad de racionalizar una actividad económica totalmente viciada. Ahora, el sucre es un anciano de 116 años, totalmente acabado, sin poder adquisitivo. Y el Ecuador se ha puesto a la sombra protectora del dólar, como epílogo de una accidentada historia económica, cuya nueva versión arrancó con el anuncio del presidente Mahuad la noche del domingo, de dolarizar la economía para frenar la especulación de la divisa e intentar la reactivación económica del país.

Así, el sucre nació a fines del siglo XIX para conjurar una época económica pecadora y corrupta. Ahora, desaparece para volver a conjurar el descalabro económico de un país caotizado e insuflar un poco de vida a una población doliente. ¡Réquiem por el sucre!

Billetes sin respaldo

Billete de Cinco Sucres.
Banco Comercial y Agrícola
A principios del siglo XX, la banca privada controlaba el movimiento económico en el Ecuador, lo cual dio lugar a numerosos fraudes, como el del Banco Comercial y Agrícola, que emitió billetes sin respaldo por más de 18 millones de sucres, cifra astronómica para esa época. Ese fue solo uno de tantos actos de corrupción que atentaron contra la moneda ecuatoriana. Con el establecimiento del Banco Central, en 1927, se intentó ordenar la economía, pero todo esfuerzo ha fracasado.

Se inicia el asombroso juego monetario

Luego de la desaparición de la casa de amonedación de Quito, en 1863, se formaron los primeros bancos particulares, los cuales solicitaron al Gobierno permiso para acuñar moneda de circulación nacional, y este lo concedió.

Aunque en el decreto de creación del sucre, firmado el 22 de marzo de 1884, no se mencionan las razones del nombre, resulta evidente que las autoridades quisieron rendir homenaje al mariscal Antonio José de Sucre, héroe de la Independencia ecuatoriana, según se comenta en el libro Historia numismática del Ecuador de Carlos Ortuño.


En el mismo decreto, se prohibe la importación de moneda inferior en peso o ley a la nacional. La que se introdujera sería decomisada y reexportada en forma de barras. Era el Gobierno del presidente José María Plácido Caamaño.


Como el Gobierno carecía de capital para emprender por su cuenta, la acuñación de la nueva moneda, recurrió a la incipiente banca nacional. Y fue el Banco de Quito el encargado de contratar la elaboración de 40.000 sucres en moneda de níquel (30.000, en monedas de medio décimo; 5.000, en monedas de un centavo; y 5.000 en monedas de medio centavo) por lo cual, ofrecería al Gobierno el 5% de la utilidad, es decir, 2 000 sucres, según consta en la misma investigación de Ortuño.


Los datos históricos señalan que el Banco de Quito cumplió el contrato con ayuda del Banco Internacional, que por entonces se formaba en Guayaquil. Y así mandó a acuñar las monedas de vellón en la casa inglesa de Birminghan entre 1884 y 1886.


Pero no bien se había establecido la nueva moneda, surgieron sus primeros avatares por causa de la caída de los principales productos de exportación como la quinua y el cacao. Entonces, las importaciones debieron ser pagadas con la poca moneda buena que existía en el país. El Estado tuvo que iniciar nuevamente la lucha por la desaparición de la moneda falsa y la moneda extranjera. Se inauguraba la triste historia de nuestra moneda oficial.



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• Réquiem por el Sucre.
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• El Banco Central, el patrón oro y los años de la Gran Depresión



sábado, 10 de agosto de 2013

Ecuador 1centavo: LÚZ DE AMERICA

Diego Bolaños P., UCCG
El coronel chileno Christian Slater* afirma que: "Un patriota es el amigo de la América y de la libertad", escribió fray Camilo Henríquez González en “El catecismo de los patriotas", publicado en El Monitor Araucano, periódico chileno, del 27 noviembre de 1813. Este fraile de la "Orden de la Buena Muerte" nos recuerda a un chileno valdiviano, sacerdote, escritor y político que en 1809, fue testigo de los acontecimientos libertarios en la ciudad de Quito. Más tarde de regreso en Chile, impresionado por la feroz represión española, del 2 de agosto de 1810, escribe su obra dramática "Camila ó La Patriótica de Sud América", referida a la vida de una subyugada familia quiteña, que huye junto a su hija Camila de la persecución realista."

Disponible en el blog de Javier Bustamente «Bibliomanía Chilena»

Tras su traumática experiencia, se conoce que él mismo habría hecho grabar en una placa su famosa frase de “Quito, Luz de América” que quedó instalada en el faro de Valparaíso. Existen numerosos autores, chilenos y ecuatorianos, que registran la existencia de esta placa, la que después habría pasado al Parque Italia de esa ciudad y permanecido allí hasta hace unos cincuenta años, en que aún podía ser vista adherida a un farol, según el testimonio de un testigo abonado. A partir de esta última noticia la placa desapareció sin dejar rastro, habiendo sido in-fructuosas las diligencias encaminadas a encontrarla y reponerla.

El día jueves 27 de marzo del 2008, el entonces Alcalde Metropolitano de Quito, Gral. Paco Moncayo junto con el Presidente de la Academia Nacional de la Historia del Ecuador, don Manuel de Guzmán Polanco asistieron a Valparaíso a la entrega de una placa a “Quito Luz de América”, que quedó instalada en el monumento a Fray Camilo Henríquez. Con esto la I. Municipalidad de Valparaíso con su Alcalde don Aldo Cornejo, la Embajada del Ecuador en Chile, y el Honorable Consejo de Monumentos Nacionales de Chile, hicieron posible que se rinda un homenaje a la gesta libertaria de los patriotas quiteños y con esto dar testimonio fiel de la temprana e imperecedera amistad de chilenos y ecuatorianos, símbolo de la fraternal relación y de la valiosa unión entre pueblos hermanos.

Todo esto como una brevísima introducción para identificar mejor el motivo central del anverso de las monedas de 1¢ del actual cono monetario del Ecuador.

Anverso monedas de 1¢ de dólar ecuatorianas
Dicha composición presenta la leyenda “REPUBLICA DEL ECUADOR” [sic] en su arco superior y como epígrafe el famoso título para Quito, atribuido al sacerdote chileno Fray Camilo Henríquez: “LUZ DE AMERICA” [sic].
La frase es coherente con el diseño del continente americano de donde se proyectan 22 destellos desde el Ecuador, correspondientes al número de provincias en las que el país estaba dividido políticamente en el año 2000, fecha en la que se acuñaron estas monedas gracias al proceso de dolarización. Actualmente son 24 provincias con la anexión de Santo Domingo de los Tsáchilas «26 de noviembre de 2006» y Santa Elena «7 de noviembre de 2007» Cabe indicar que el Archipiélago de Galápagos se presenta en una escala mayor respecto al continente, de forma que sobresalga del diseño.
El conjunto se completa con la representación del hemisferio occidental, limitado por el eje de rotación de la Tierra, naturalmente inclinado a 23,5°; además de los dos círculos menores de la esfera celeste, paralelos al Ecuador «también representado y resaltado» llamados: Trópico de Cáncer, el correspondiente al hemisferio boreal, y Trópico de Capricornio, el del hemisferio austral.



A falta de información oficial acerca de estas monedas, me puse a revisar la sección dedicada a la República del Ecuador de la 12 edición del KM Collecting World Coins -Circulating Issues- 1901 to Present (año 2008) y en su página 280 se presentan los siguientes datos para las monedas de un centavo de dólar:
Esto suponía que para tener la colección completa de centavos del Ecuador se necesitaban 4 monedas: 3 de latón –color amarillo– del 2000, 2003 y 2004, con la moneda de acero con recubrimiento de cobre del 2003.
Tarea sencilla en la práctica, ya que como son de circulación, más temprano que tarde pasarían por mis manos y lograría completar la serie. Quizá lo complicado pudo haber sido obtener piezas de gran calidad o UNC. Algunos meses después supe que las monedas difíciles de la serie eran las de latón del año 2003 y 2004, por lo que me contacté con mi amigo Cristian Molina –Mercado Líder EC en Numismática y Notafilia– y tampoco me las pudo conseguir.

Decidí entonces hacer una serie de muestreos para determinar que tan probable es que se encuentre en circulación tales monedas. Claro, la única forma era acaparar todos y cada uno de los centavos –gringos y nacionales– que llegaban a mí. De esta forma logre acumular 7720 monedas de las cuales, tan sólo el 10% aproximadamente (769 monedas) eran ecuatorianas y de éstas el 72% correspondían a las de latón año 2000 y el 28% restante eran las de acero del 2003. Ninguna de latón del 2003 y 2004.

Extra-oficialmente, un alto funcionario del Banco Central del Ecuador me comentó que tales monedas no existen. A pesar de esto los editores del catálogo no han corregido aún este error en sus ediciones posteriores ni físicas, ni digitales.




VERSIÓN PDF (2.09 Mb)




*Christian Slater Escanilla «Coronel del Ejército de Chile, profesor invitado en la Academia de Guerra del Ejército Ecuatoriano. Miembro de la Academia de Historia Militar de Chile» en su artículo “Identidad Patriótica” publicado el domingo 27 de mayo del 2012 en Diario Hoy de Ecuador.



Para mis hermanos ecuatorianos Mónica, Enmanuel y Carlos en Concepción, Chile