jueves, 24 de octubre de 2013

LA MONEDA ESPAÑOLA EN AMÉRICA «Monedas Columnarias»

Alfonso Carrillo Benítez, AFE 998


Monedas "Columnarias"


En 1728 el Rey Felipe V (1683-1746) cambia el proceso de amonedación, ordenando que en las casas de acuñación se labren un nuevo tipo de moneda, que a más de la superficie y figura regular, cuenten con un grabado en el canto, con la finalidad de evitar su falsificación y recorte. El borde puede ser acanalado, estriado o con leyenda o cualquier figura que se le ocurra a la ceca 

Las monedas irregulares o fabricadas con golpe de martillo, llamadas macuquinas, fueron sustituidas por nuevos cuños y métodos de elaboración y como resultado se tuvo monedas circulares y de condoncillo, dándose un paso importante para eliminar los problemas por diezmar las piezas y el deterioro que sufrían por roturas. 

La nueva moneda de plata tomó el apelativo de columnaria o de mundo y mares, conocida así por el su diseño en el reverso. Las columnas representan a las de Hércules que simbolizan el final del mundo conocido; Los listones en las columnas con la inscripción “PLUS VLTRA (Mas Allá); los dos mundos entre las columnas son el antiguo y el nuevo mundo, el agua en la parte inferior significa la unión de los dos mundos por medio del mar, las coronas que rematan las columnas dice del dominio español en gran parte de los dos mundos, alrededor la palabra UTRAQUE UNUM (ambos son uno). También está grabada el año de la emisión y la marca distintiva de la ceca o casa de amonedación. El anverso de la moneda se encuentra el nombre del monarca español en latín seguido de la leyenda "D G HISPAN ET IND REX" (por la gracia de Dios Rey de España y de las Indias), a la izquierda aparecían las iníciales del ensayador y en el centro el escudo de España en gran tamaño con una corona real encima; para evitar falsificaciones o cercenamientos el canto de la moneda tenía grabadas unas hojas de laurel en gran detalle. 

Estas monedas fueron acuñadas en varias cecas de Europa y de las Indias bajo la misma denominación del sistema monetario octavario que regía en todos los territorios dominados por la corona española, entre los años 1732 hasta 1773 cuando fueron reemplazados por las monedas de busto; se acuñaron sobre todo en las cecas de México, Potosí y Lima, aunque también en las demás cecas coloniales como Guatemala, Popayán, y Santiago de Chile. 

En tanto la columnaria es un tipo de moneda y no una nueva unidad monetaria, se utilizó como denominación mayor para las “columnarias” el real de a 8, Esta moneda fue la inspiración para crear la moneda de los Estados Unidos de América el símbolo del dólar, que adopta el sistema monetario decimal en 1793, Su primer dólar fue una moneda que se apodó “la el pelo flotante” de plata de plata al 77.4% de aleación con cobre de 39 milímetros de diámetro y 26,96 gramos de peso. 

Las columnarias fueron el remplazo de las antiguas monedas macuquinas que eran acuñadas a golpe de martillo en todas las cecas del imperio colonial español. Las macuquinas solían casi siempre ser de irregular forma y por ello eran fáciles de cercenar con el fin de sustraerles la plata u oro antes de devolverlas a la circulación sin que el público pudiese advertir ese daño; por contraste el columnario tenía una forma redonda por completo y el borde estaba grabado con un cordoncillo, siendo imposible cercenar la moneda y hacerla circular después.

Publicación autorizada por la Asociación Filatélica Ecuatoriana. 
Boletín 09 AFE Octubre 2012 Pág 24 y 25 
afe-filateliaecuador.blogspot.com/

lunes, 21 de octubre de 2013

Las monedas pre-decimales del Ecuador

Georg Maier (APS 130152) 


Cuando se tiene una de las monedas pre-decimales del Ecuador en las manos, es difícil imaginar las circunstancias y dificultades en las que se produjeron esas monedas, y más aún, saber cómo sobrevivieron hasta la actualidad. La Casa de Quito produjo monedas de 1832 a 1862, monedas que circularon fundamentalmente en los alrededores de Quito. 

La historia de esta ceca se puede resumir en tres palabras: "falta de fondos". 

En sus inicios la Casa de Moneda de Quito fue organizada y dirigida por Alberto Salazza, un coronel de Cerdeña que luchó en el ejército libertador y se distinguió en la batalla de Pichincha. Salazza estableció la Casa de Moneda con la maquinaria necesaria, pero carecía de los conocimientos propios de los ensayadores. El trabajo de ensayador se lo dio a William ( Guillermo ) Jameson, un cirujano y botánico escocés cuya experiencia en la acuñación de monedas fue tan limitada que, en toda su correspondencia, nunca menciona haber sido nombrado para el puesto asignado a él y sólo en raras ocasiones menciona su relación con la Casa. 
Guillermo Jameson
A lo largo de sus treinta años de existencia, la Casa de la Moneda dependió de una vieja y obsoleta maquinaria, que a menudo estuvo en un estado deplorable. La maquinaria original pudo haber venido originalmente desde Popayán a través de Pasto y Tulcán, y probablemente fue usada por el coronel Adolfo Klinger, de Alsacia, que luchó en el Ejército libertador. El coronel fue un caballero en todos los sentidos, aunque no tuvo empacho en hacer "un poco de acuñación por cuenta propia en su casa privada" (Michael Anderson, The Numismatic History of Ecuador, Witham, Essex, 2001, pp 33 ) . Cuando se vio obligado a devolver la maquinaria a mediados de 1832, la Casa de Moneda comenzó a producir su propia moneda desde el mes de agosto. 

La primera adquisición de maquinaria relativamente moderna, proviene de Guillermo Jameson, quien fue capaz de adquirirla confiscándola a unos falsificadores en la provincia de Esmeraldas. Esto, además de un "nueva" prensa de acuñación adquirida en 1834, hubiera sido suficiente para iniciar la acuñación de monedas, de no haber sido por el hecho de que Jameson no tenía equipo de ensayos. 

A diferencia de sus países vecinos, Ecuador no tenía metales preciosos. Las pocas pequeñas minas de oro en el sur del país habían sido explotadas de manera eficiente por los españoles. Sin fondos para comprar metales preciosos, la nación dependía de las donaciones particulares y de la plata donada por la Iglesia. El oro fue adquirido de los pequeños mineros cobrándoles el "quinto real" a cambio de la acuñación de lingotes. En realidad, esto constituía un mejor sistema de pago ya que la Casa no tenía recursos para hacerlo. 
1832, "Medio Real"
A los problemas de producción se sumó el de las falsificaciones. Éstas eran tan comunes, que el gobierno renunció a la lucha y permitió su libre circulación. Los billetes falsos circulaban sin penalidad aunque, oficialmente, existía la pena de muerte para quienes lo hicieran. Una razón simple para permitir que las falsificaciones circulen fue que nunca hubo suficientes monedas para cubrir las necesidades diarias. 

Esto puede ser, en realidad, una bendición para los coleccionistas de hoy en día, debido a que la moneda buena estaba a un lado, mientras que las monedas falsas circulaban, lo que permitió a las primeras sobrevivir hasta ahora. Las monedas falsas fueron finalmente destruidas y las moneda legítimas fueron utilizadas hasta desgastarse y perder valor para los coleccionistas. Las monedas fueron utilizadas como lingotes para las subsecuentes emisiones de la Casa y las agujereadas e ilegibles se recuperaron de la circulación. 

De la mayor parte de las pre-decimales existen menos de 100 ejemplares. Algunos de los tipos individuales están disponibles en cantidades de cinco o menos, y otros tipos son únicos. Su condición, a menudo, no es de gran importancia para el coleccionista apasionado. Después de buscar monedas tipo desde hace décadas, hay quienes están dispuestos a pagar cualquier cantidad por ellas, incluso si se encuentran en un estado deplorable. Hay que tener muy en cuenta esto cuando se tiene una moneda pre-decimal del Ecuador en las manos.








Un sincero agradecimiento al Sr. Georg Maier por tan valioso aporte!

viernes, 18 de octubre de 2013

El Chunucari y el macronumerario

Diego Bolaños P., UCCG


VERSIÓN PDF (click aquí)



Un estudio del Banco Central del Ecuador señala que a finales de la década de los 80’, el costo de los bienes y servicios, se incrementó de tal forma que ocasionó la desaparición de monedas de baja fracción y dio paso a que los billetes de baja denominación fueran sustituidos por especies monetarias en metálico y a la emisión de billetes de altos valores.


 A este proceso se lo conoce como Macronumerario. El primero de estos procesos se lo implementó en Ecuador, a inicios de 1988, cuando se sustituyeron los billetes de 5, 10, 20, y 50 sucres por monedas de similar valor. 
Además, las monedas de 50 centavos y 1 sucre, sufrieron una drástica reducción del tamaño y poco a poco desaparecieron de circulación, debido a su escaso poder adquisitivo. 
Para el caso particular de la moneda de 50 sucres, la ceca Sherrit Gordon Mint de Canadá, presentó en el diseño del anverso «en la mitad y a la izquierda heráldica del número 50» al famoso logotipo del Banco Central del Ecuador: El Chunucari. 

El Sol de Oro es una obra de arte precolombina que consiste en una lámina áurea repujada, con distintivos céfalo-antropomorfos, que concibe al Astro Rey orlado de rayos -46 el de Quito y 44 el de Guayaquil- en todo su esplendor. La representación del rostro es radiado y sereno: dos ojos en forma de almendras, nariz aquilina, boca semioval ligeramente abierta, como para exhibir sus dientes -siete superiores y nueve inferiores- y sus colmillos -dos arriba y dos abajo-; orejas semicirculares pequeñas, pómulos salientes y una cabellera con tres mechones, de los se desprenden 46-44 hebras de rayos zigzagueantes, que terminan en cabezas de serpientes y éstas a su vez sostienen representaciones de cabezas humanas. Su peso aproximado es de 284,40 [gr] y de 21 quilates de pureza. 
Chunucari, Museo Nacional del Banco Central del Ecuador. Quito.
Los únicos dos soles conocidos son extraordinariamente semejantes. El uno mide 40 x 60 x 1 [cm] y el otro 44 x 68 x 2 [cm] El de Quito tuvo inicialmente 46 rayos y el de Guayaquil 44 (uno de los grupos de rayos de la base está totalmente roto, otros han perdido la cabeza y otros se han perdido por completo) En ambos soles, los rayos se distribuyen de la misma forma: un penacho central y tres grupos a cada lado. El sol de Quito tiene una distribución continua de rayos a los lados, alrededor y en sectores bajos de la cara; el de Guayaquil los tiene más claramente divididos en manojos, pero es esencialmente el mismo. La base del penacho superior es más estrecha y, a diferencia del sol de Quito, no tiene ningún diseño de animales en antítesis. Los rayos del sol de Guayaquil son más simples que el otro. En el sol expuesto en el Museo del BCE Quito se distingue una línea levantada del centro que sigue el zigzag del rayo, en cuyas terminaciones se representan cabezas de serpiente con una cabeza humana -trofeo- en la boca. El sol de Quito tiene un rostro rectangular con una curiosa área en forma de T, en donde está colocada su boca semioval ligeramente abierta con dientes pequeños y colmillos dobles. El de Guayaquil tiene un área más grande pero con una boca más pequeña y menos definida, llena de pequeños dientes repujados y sin colmillos. Las narices son similares pero las orejas son muy diferentes. El sol de Quito presenta dos semicírculos repujados (con dos agujeros) y tres líneas, también repujadas, que penden de estas orejas estilizadas, probablemente representando los aretes largos comunes en el Ecuador en esta época. La misma cara tiene un extremo claramente curvado, lados bien definidos, pero no hay línea del mentón. Los rayos inferiores salen de los lados del rostro-mentón sin ninguna demarcación. En contraste, el otro sol tiene orejas de doble espiral, colocadas hacia atrás; en los lados del rostro. Modelos semejantes de orejas se utilizan en muchas culturas de los Andes, pero todos miran en otra dirección. El rostro mismo es estrictamente rectangular, y los agujeros que presumiblemente se usaban para ajustar la máscara a su respaldo están colocados entre el rostro y las orejas hacia atrás. 

La interpretación simplista de un sol con respecto al otro, y los extraños detalles, como el de los oídos y el de la boca, pueden ser argumentos válidos para lucubrar al decir que el sol de Guayaquil no sea tan antiguo como se ha venido creyendo. 
La representación simplista y vaga de los detalles puede fácilmente deberse a una copia, usando una fotografía tomada en 1940 por el Dr. Miguel Ernesto Domínguez en el museo privado de Max Konanz, en su hacienda de San Galo, en la provincia de Cañar, donde -debajo del sol- de puño y letra de Sr. Konanz, hay una anotación que dice: "De Chunocare, entre Chordeleg y Sígsig" En dicha fotografía, la boca con sus colmillos, la línea del centro que se levanta de los rayos, el detalle del penacho central en antítesis y las cabezas que terminan en cabeza trofeo no están claramente visibles incluso en la impresión más clara disponible. 

Este sol «que actualmente forma parte de la colección del Museo del Banco Central en Guayaquil, pero que originalmente perteneció a la colección de Emilio Estrada» al igual que el de Konanz, proviene de las actividades de los huaqueros (aunque el sol de Konanz tiene una historia mejor conocida que el otro) quienes ocultan la verdadera procedencia de estas piezas de arte, debido a su origen en excavaciones clandestinas. Esta procedencia falsa es vendida -junto al objeto- al intermediario del pueblo. El intermediario puede aceptar tal procedencia o inventar por su cuenta una nueva, y así, cuando un objeto llega a un museo puede haber cambiado varias veces la atribución de su origen cultural. En este proceso de la falsificación de la prehistoria americana participó el sol de Konanz. 

Asi, se puede demostrar, tanto por su iconografía como por su historia, que es muy probable que lugar de origen del sol, si no era Chunucari mismo, era muy cercano a esa localidad. 


El Museo Nacional del Banco Central del Ecuador, tiene como premisa que la muestra permanente y las temporales nos permitan leer la historia del país de un modo distinto, a manera de un libro abierto por el cual la sociedad conozca  el substrato básico de su cultura a través del patrimonio cultural arqueológico y artístico que expone en sus salas.


Características de las monedas.

Son monedas de acero al níquel, con un diámetro de 29[mm], canto estriado y alineación ↑↓«tipo moneda» Se conoce una sub-variedad por gráfila del reverso y por el tamaño de la fecha de emisión.


1988
Fecha ampliada 141 dientes en la gráfila del reverso
25 fueron emitidas en calidad Proof


1991
Fecha ampliada → 141 dientes en la gráfila del reverso
Fecha reducida →161 dientes en la gráfila del reverso



Enlaces Relacionados:

• Logotipo del Banco Central "Chunucari" Hugo Teodoro Astudillo Torres. 
   http://teohistoriayarte.blogspot.com/2008/04/el-sol-de-oro-del-banco-central-del.html