martes, 24 de septiembre de 2013

LA MONEDA ESPAÑOLA EN AMÉRICA «Las Primeras Casas de Moneda y las Macuquinas»

Alfonso Carrillo Benítez, AFE 998 

Varios periodos históricos se sucedieron para tener lo que ahora conocemos como moneda; elemento básico para realizar transacciones financieras y comerciales, pues el trueque fue el sistema rudimentario de cambio, luego fueron los griegos que utilizaron el hierro y, el cobre fue el metal de las monedas romanas; y por último se decantó en la plata y el oro como los metales que por su escasez, calidad, brillantez, ductilidad entre otros adjetivos, fueron los metales escogidos para la fabricación de monedas y por sobre todo por su valor intrínseco. 

Sin embargo, para las pequeñas transacciones no resultaban muy útiles pues se necesitaban fragmentos muy pequeños que ponían en peligro su protección y mantención, por lo que optó por el cobre para los menores pagos. En el proceso debido a que el oro y la plata podían ser adulterados mediante aleaciones con otros metales lo que ocasionaban fraudes y por tanto había la necesidad de establecer controles de fabricación, verificación del peso y liga y utilización de las piezas de intercambio elaboradas o moneda como se empieza a conocerse lo que se convierte en el punto de partida para establecer las casas oficiales de amonedación. El vocablo moneda se deriva del Capitolio Romano -Templo de Juno Moneta- donde se fabricaban las piezas que servían para las transacciones, a donde acudían los ciudadanos portadores de lingotes de oro y plata y recibían las monedas marcadas con un sello que certificaba su calidad, espesor, peso y demás características. 

El pago por este servicio o derecho de acuñación lo pagaban los usuarios que en árabe se define con la palabra siccach de donde se deriva el vocablo ceca, para denominar a las casas de acuñación o amonedación. La historia de la conquista española que se inicia con el descubrimiento de las “Indias” a fines de siglo XV señala que vino acompañada, como era de suponer, con la organización e imposición de sus propias costumbres, tradiciones, religión, sistemas económicos y comerciales en nombre de: “dos Majestades: la de Dios y la del Rey” como manifiesta el Dr. Carlos Ortuño en su obra Historia Numismática del Ecuador, editada por el Banco Central del Ecuador en 1977. 


El sistema monetario español tenía dos patrones que se basaban en el metal utilizado. Las monedas de oro tenían como la unidad el escudo, con múltiplos de: dos escudos o doblón, cuatro escudos o media onza y los ocho escudos u onza. Mientras que en las de plata la unidad era el real, con múltiplos de dos reales o peseta, cuatro reales o medio peso y, la de ocho reales o peso; los submúltiplos fueron el medio real y un cuarto de real o cuartillo; en publicaciones también se establece la un octavo de real aunque existen dudas de su presencia por el mínimo tamaño que podía tener. Al principio de la conquista y por no existir la moneda, pero si las riquezas metálicas, el comercio se realizaba con pequeños pedazos de oro y plata sin labrar, basando su valor en el peso de las piezas, que ocasionaban varios problemas al comercio y la hacienda de España, ya que frecuentemente se transaba sin pagar el quinto real, derecho de la corona como impuesto. 

Fue este el motivo principal para la decisión que tomaron los Reyes de establecer casas de acuñación en las Indias. Las primeras cecas establecidas en esta región descubierta, fue por orden del Rey Carlos I de España y V del Sacro Romano por decreto del 11 de marzo de 1535. Se fundaron en lo que ahora es México y otra en la Isla de Santo Domingo para que elaboren monedas con las mismas leyes que regían en España. Se conocen monedas de estas casas desde 1536 es decir un año después de su fundación únicamente elaboradas en plata y vellón como ordenaba el decreto. 

Posteriormente se fundan casas de amonedación en Lima por orden del Rey Felipe II en 1565, Potosí posiblemente en 1575, donde se ubicaron las minas argentíferas más ricas del imperio. En Santa Fe de Bogotá en 1559 por disposición de Don Felipe II que no funcionó hasta 1620 que Don Felipe III. En los inicios se labran las denominadas monedas de martillo, por la forma de su elaboración que se caracterizaban por su forma irregular debido a que no se usaban cospeles o piezas metálicas circulares sino que se golpeaban en trozos de plata y oro ajustados al peso, que se marcaban con golpes de martillo incrustados cuños en los que se distinguían los símbolos de la corona. También se denominaron monedas de cruz por llevar esa insignia en uno de los lados y popularmente macuquina que se mantiene entre los numismáticos. 

Publicación autorizada por la Asociación Filatélica Ecuatoriana.
Boletín 08 AFE 22 de julio 2012 Pág 16-18 

viernes, 13 de septiembre de 2013

Las monedas de un sucre desde 1937 a 1981.

Diego Bolaños P., UCCG.


Decreto Dictatorial Nº134 del 22 de abril de 1937.

Numeral 4. "... las monedas de Un Sucre llevarán en el anverso el busto del general Antonio José de Sucre..."

Según Matamoros, "el busto está correctamente representado hablando heráldicamente"
El simbolismo heráldico exige que toda figura animada que no esté de frente ha de ponerse forzosamente mirando hacia la derecha de la moneda. En un blasón, escudo o moneda la derecha está a la izquierda de quien observa.

"...a su contorno se gravarán (sic) dos ramas, una de olivo y otra de laurel..."

Matamoros explica que: "... en todas la emisiones se pueden apreciar que las grabaciones de las dos ramas son iguales, no estando de acuerdo con lo dispuesto en el Decreto" Y dicho Decreto determinó la alegoría de las ramas erróneamente sin conocer nuestra tradición histórica según los siguientes considerandos:

1. 1845, 6 de noviembre, la Convención Nacional reunida en Cuenca, dicta la ley sobre el Escudo de Armas y Pabellón Ecuatoriano. En el Art. 1 entre otras dice: "... será adornado exteriormente con banderas nacionales y ramas de palma y laurel..."

2. 1900, el Congreso del Ecuador reunido en Quito el treinta y uno de octubre y sancionado por el Gral. Eloy Alfaro el 7 de noviembre decreta las Armas del Ecuador y en el Art. 1 dice: "... será adornado exteriormente con banderas nacionales y ramas de palma y laurel..."


En 1985 el artículo de Matamoros explica que: "... si se continuare con el mismo formato que consta en el anverso de las monedas de Un Sucre, deberá considerarse la tradición histórica, que debe ser lo lógico, y deberán grabarse una rama de palma a la derecha de la moneda y otra de laurel a la izquierda de la moneda." Lamentablemente, el Banco Central del Ecuador hizo caso omiso de esta recomendación y hasta el final del Sucre se cometieron errores y horrores en las representaciones nacionales.


"... y al pie el valor o denominación expuesto en letras."


Estas monedas en su anverso presentan también una gráfila en donde se ha utilizado rayas y un listel para proteger los relieves de la impronta.

En conclusión, la composición heráldica del anverso de la moneda de Un Sucre, en teoría, significaría lo siguiente:

•   Efigie del Gral. Antonio José de Sucre: valor, superioridad y despojo sangriento.
•   Rama de Palma: victoria y triunfo.
•   Rama de Laurel: buena fama y por el verdor perpetuo de sus hojas, de imperecedera victoria.


"...así analizadas las improntas del anverso y reverso de las monedas 
de Un Sucre que actualmente circulan, puede recomendarse, 
para evitar errores, que se le entregue a la casa fabricante, 
si se ordenare una nueva acuñación el arte o diagrama, 
con una explícita descripción, ya que ellos, los fabricantes, 
no tienen por qué conocer las razones de las representaciones, 
que incluso para muchos ecuatorianos es desconocida."


Estas son las palabras con que el Dr. Carlos Matamoros Trujillo termina su artículo, el cual fue copiado al Banco Central del Ecuador con el fin de que las próximas acuñaciones tuvieran más sentido patrio y heráldico, llenando así el vacío artístico de nuestra moneda.


El Econ. Ángel Valle (Gerente de Tesorería del Banco Central del Ecuador en 1985) agradece en oficio membretado y responde:




Dr. Matamoros le mintieron! 


El último Sucre emitido en 1988 mantenía los mismos errores en el anverso que usted expuso en su artículo. El reverso cambió repentinamente para el Sucre de 1985 donde ya consta el actual Escudo de Armas declarado como oficial el 25 de febrero de 2003. Y lo que más me sorprende es que su trabajo no tuvo eco en la Asociación Filatélica de Guayaquil al cual pertenecía.



Biblioteca Virtual del Club Filatélico Guayaquil
Adaptación del texto publicado en el artículo "ANÁLISIS DE LA IMPRONTA DEL ANVERSO Y REVERSO DE LAS MONEDAS DE UN SUCRE DE LAS ACUÑACIONES DE 1937 A 1981"
Dr. Carlos Matamoros T.